¿Me puedo llevar el tarrito de recuerdo?

Diario de Jerez - 11 de abril de 2021

La vacunación en Ifeca es un hormigueo constante de coches en fila, algunos nervios mezclados con la ilusión de la esperanza en los que vienen a por la ansiada dosis y la eficacia de los profesionales sanitarios, que con mano derecha ponen las inyecciones y con mano izquierda tranquilizan, reconfortan y dan cariño a los pacientes, sobre todo a los de más edad, porque además de cumplir con su trabajo, también dan paz interior a la procesión en cuatro ruedas que acude al Palacio de Congresos a acabar con el bicho...

Todo esto empieza a las nueve de la mañana, cuando está citado el primer paciente. Desde entonces y hasta las siete de la tarde, todo el personal está a tope, "y ojalá tuviésemos más trabajo, sería señal de que habría más vacunas", repiten unos y otros. Porque Ifeca tiene habilitadas ocho carriles para vacunar pero se estaban utilizando solo la mitad hasta el jueves, cuando se abrió la quinta calle. Hay ocho grupos de trabajo -responsable, enfermeros o enfermeras y auxiliar- dispuestos para aumentar el ritmo en cuanto sea posible: a principios de semana se administraban unas 1.300 dosis y a finales se ha llegado a las 1.600 dosis. El pasado lunes se notó la llegada de la gran remesa de viales, porque "hasta hace poco estábamos vacunando la mitad y ahora ha subido el ritmo".

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